18 agosto 2006

Casa encantada

Vivo en una casa encantada,
donde sale el sol todos los días
y las plantas crecen sin parar.
Las cortinas son de colores
y el sofá naranja.
El espejo del baño nunca se empaña
y detrás de mí siempre aparece tu reflejo.
En el timbre de la entrada
suena nuestra canción
y en el videoportero se puede ver la TV.
La mesa de la cocina
tiene variedad de platos
y el frigorífico está lleno de dulces,
bombones y tarta de manzana.
El mirador está en primera línea de playa
e Internet colgado en la página
de muchoviaje.com.
El pasillo es una pista de patinaje
con millones de kilómetros por hacer
sin límite de velocidad.
Y en la habitación,
sobre la cama,
aparece un edredón lleno de lentejuelas
que cuando la luz refleja,
las paredes se llenan de luces de colores.
Y en mitad de todo esto,
estás tú,
recogiendo los sueños por el parquet.

13 agosto 2006

El principio del fin

No te importa hacerme daño,
dejarme sin aliento, suplicándote
y consumiéndome en mi metro cuadrado.
No hay tregua
y te vas dando un portazo,
sin mirar atrás,
vestida con esa sonrisa irónica
que te hace sentir más hombre.

Me dejas.

Tiemblo
y me derrumbo sobre el sofá,
todo me da vueltas
y el sueño me vence.
Ya están aquí las pesadillas,
esas con las que tanto sufro,
vienen de la mano
con más y más...

Las cuatro.
Buena hora para despertar,
siempre es buena hora
para alejar de mí todas esas sombras.

Voy al baño,
necesito mojarme la cara
estar más despejada
para decir frente al espejo
que esta vez yo voy a ser
quien va a controlar
esa mierda que has dejado
tras de mí,
que el camión de la basura
por fin va a sacarte
de mi vida.

10 agosto 2006

12,15 es uno de tantos ángulos rectos que te puedes encontrar en un reloj...

A través

Hoy te he vuelto a ver a través de mi ventana,
Agrandada por una de tantas gotas que se forman de madrugada.
He levantado la vista y mirando al techo,
te he retenido en mis pensamientos
moviéndote a mí antojo,
acercándote a mis labios y
besándote hasta saciar mis deseos,
se ha desvanecido tu silueta.
Hace días que me siento más ligera,
voy perdiendo peso a la vez que gasto mis suelas
arrastrándolas por el suelo.
Busco tus pasos, tu olor,
algo de ti para volver a imaginarte…
Amanece y hoy te he vuelto a ver a través de mi ventana.

04 agosto 2006

12,15

Tengo la manecilla de mi reloj gastada de dar vuelas,
de volver a marcar las 12,15 y quedarse inmóvil en el segundo 18.
La correa desgarrada por mil sitios
de quitar y volverla a poner 100 veces en mi muñeca.
La alarma afónica de tanto sonar
y yo queriéndome sumergir en lo más hondo del mar,
donde todo se ralentiza aun más si cabe.
Tengo la boca seca de gritar y hacer eco,
de escupir frases absurdas,
de dormirme con la boca abierta mientras repito tu nombre…
Y aun así, colecciono relojes,
relojes antiguos, olvidados en algún andén
donde comenzaron a sonar a las 12,15
antes de lanzarme a las vías del edén.