Abril 2001

Me sonrojé

recordando tus palabras,

grabadas en ese cassette.

Oyendote reir

tras continuaciones

de frases incompletas,

por su absurdo significado.

Se removieron

viejos sentimientos

que chocaban contra

las paredes de mi estomago.

Los ojos,

empañados,

miraban al infinito

buscando un reloj

en el que las horas,

fuesen hacia atrás

y el recuerdo,

fuese presente.

Y ahora,

suspiro,

cojo aire,

cierro los ojos

y sólo deseo

encontrarte cerca,

apretar mi mano

contra la tuya

y no soltarte,

nunca,

nunca...

Leños

...Volví a fundirme en las sábanas de aquel castillo

y a soñar.

Hacía tiempo que no lo hacía,

que no deseaba cosas presentes.

Que las cosas pasadas se tornaban mejores,

que no habría los ojos

para saber que lo que tenía ahora,

era lo que necesitaba.

Carecí de fuerzas
para conducir

en mitad de la noche

cubierta por mí,

a las 3 de la tarde.

Me cogiste de la mano
y despegaste cada estrella del firmamento

para volver a hacer brillar el sol.

Tornaste la puerta

para que fuese capaz de ver

qué había dentro,

para ver,

que en la chimenea

todavía quedan brasas encendidas

y que este invierno tan frío,

seremos capaz de calentarnos,

otra vez,

uno junto a otro.

Confesiones

Todos los días,
a las 6 de la mañana,
el despertador retumba en mi cabeza.

Llega el Sábado
y a las 6 de la mañana,
pensamientos,
miedos,
melancolía,
rabia,
dolor,
retumba en mi cabeza.

Hoy,
he decidido
que quiero poner fin a esto,
el problema es que no sé
que es "esto",
sólo que quiero ponerle FIN.

Tus abrazos se tornaron fríos
y húmedos por la lejanía.

No podía seguir huyendo del presente
cuando el pasado se sentaba
en el rellano de mi escalera,
acechándome cada día,
esperando verme más vulnerable
para pasar dentro,
para ahondar en mis entrañas
y remover hasta el último intestino.

Decidí dejar de llamarte,
dejar de desearte,
dejar de buscar tu calor en otra parte.
Decidí,
aprender a vivir sin ti.