Esta vez soy yo quien se tambalea,
quien pierde el Norte.
Ahora sí que necesito ayuda para levantarme.
Se ha quebrado el cristal de mi reloj
y deambulo por las calles esperándote.
Mi alegría se ha consumido
en mitad del cajón de los recuerdos,
y la luz de mi habitación
parpadea constantemente...
Mis pies arrastran por el asfalto
cuando antes echaban a volar.
Los colores de mi ropa
no encuentran armonía.
Mis ojos navegan en un mar salado
sin tierra a la vista,
y la luz de mi habitación
parpadea constantemente...
1 comentario:
Me alegro de que hayas vuelto a escribir. Parece que la hepatitis ha remitido... Y te has visto recompensada con 53 metros cuadrados. No sabes la ilusión que me hizo la noticia.
Y no te preocupes, que pronto llegarán las vacaciones de marzo...
1 besazo
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