Humo blanco
delante de tu cara
insinúa tu figura
y me obliga a esperar que se disipe
para volver a dibujar tus rasgos
fuera de mi mente.
No veo la hora de acariciar tu mejilla
y notar las chispas que salen
con el roce de tu piel y la mía,
de volver a confundir
tu aroma con el mío
y cerrar los ojos sin miedo
a que desaparezcas...
Ya no quiero más miedos,
ya no hay margen de error.
La distancia a cubrir es corta
y mis labios,
se aproximan a los tuyos
con una sola vía de escape...
saciarme de tí.
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