Leños

...Volví a fundirme en las sábanas de aquel castillo

y a soñar.

Hacía tiempo que no lo hacía,

que no deseaba cosas presentes.

Que las cosas pasadas se tornaban mejores,

que no habría los ojos

para saber que lo que tenía ahora,

era lo que necesitaba.

Carecí de fuerzas
para conducir

en mitad de la noche

cubierta por mí,

a las 3 de la tarde.

Me cogiste de la mano
y despegaste cada estrella del firmamento

para volver a hacer brillar el sol.

Tornaste la puerta

para que fuese capaz de ver

qué había dentro,

para ver,

que en la chimenea

todavía quedan brasas encendidas

y que este invierno tan frío,

seremos capaz de calentarnos,

otra vez,

uno junto a otro.