Por fin la tempestad ha amainado y las olas vuelven a ser suaves.
Ya no me mareo ni necesito sacar la cabeza por la ventana y respirar aire limpio,
mi barquito navega tranquilo y contigo en el timón.
Por fin las cosas llegan a buen puerto
y no necesito gastarme la voz en gritar que quiero parar.
Ya estoy en mi oasis particular con la dosis justa de agua para sobrevivir,
para no tener que buscar más allá de ti.
Por fin se acabaron las gotas saladas ...
...por fin.