31 enero 2006

perdida

Esta vez soy yo quien se tambalea,
quien pierde el Norte.
Ahora sí que necesito ayuda para levantarme.
Se ha quebrado el cristal de mi reloj
y deambulo por las calles esperándote.
Mi alegría se ha consumido
en mitad del cajón de los recuerdos,
y la luz de mi habitación
parpadea constantemente...
Mis pies arrastran por el asfalto
cuando antes echaban a volar.
Los colores de mi ropa
no encuentran armonía.
Mis ojos navegan en un mar salado
sin tierra a la vista,
y la luz de mi habitación
parpadea constantemente...

10 enero 2006

La falta de tu compañía se me hace insoportable entre estas cuatro paredes,
me había acostumbrado a tu risa, tu respiración, tu olor...
La cama se me antoja desmesuradamente grande,
me pierdo por ella si no ocupas tu espacio.
La cocina ya no tiene los mismos fogones encendidos
ni la misma comida en las cazuelas,
no tengo hambre,no me gusta cocinar para mí.
Veo la televisión en mi misma parte del sofá, no quiero ocupar la tuya.
Regreso tarde a casa, antes llegará la hora de dormir,
de tenerte de nuevo cerca en mis sueños.
Aquí estoy, otra vez ocupando el mismo asiento vacío en la estación,
esperando tu vuelta con las mismas cosquillas en el estomago,
con el mismo nerviosismo en mis manos que inquietas buscan un sitio donde esconderse.
Juego con el sonido de mis botas en el suelo,
intento hacer una sintonía acorde con el momento,
opto por empezar a contar las colillas olvidada en las esquinas,
me entretengo haciendo pompas con el chicle.
Miro el reloj, apenas 1 minuto me separan de ti,
se me aceleran los latidos...
Aparecen unas luces que me indican la llegada de tu autobús,
la gente baja y comienzan los reencuentros,
espero que se vacíe, y subo las escaleras.
No queda nadie en el interior y una lágrima asoma en mis ojos.
No quisiste venir, esta vez mis disculpas no sirvieron de nada,
esta vez tu orgullo me jugó una mala pasada,
esta vez nada te trajo de vuelta a mí.

02 enero 2006

Las persianas van bajando y pierdo la luz que me llevaba a ti,
Las puertas se van cerrando y quedo en soledad.
Las verjas están llenas de candados y sin cerradura dentro de mí.
Los zapatos no me dejan moverme...
Se me ha escapado en un suspiro la ilusión.
Se me ha resbalado de la mente tu nombre
y de las manos tus caricias.
Han espirado tus promesas sin cumplir
y las lágrimas se me han secado en mitad de las mejillas.
Mis labios agrietados por la falta de tus besos,
buscan otro oasis en el desierto.
Hago la maleta, la lleno de melancolía
y consigo salir de mí.
Por fin soy libre,
por fin estoy sin ti.