31 enero 2006

perdida

Esta vez soy yo quien se tambalea,
quien pierde el Norte.
Ahora sí que necesito ayuda para levantarme.
Se ha quebrado el cristal de mi reloj
y deambulo por las calles esperándote.
Mi alegría se ha consumido
en mitad del cajón de los recuerdos,
y la luz de mi habitación
parpadea constantemente...
Mis pies arrastran por el asfalto
cuando antes echaban a volar.
Los colores de mi ropa
no encuentran armonía.
Mis ojos navegan en un mar salado
sin tierra a la vista,
y la luz de mi habitación
parpadea constantemente...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me alegro de que hayas vuelto a escribir. Parece que la hepatitis ha remitido... Y te has visto recompensada con 53 metros cuadrados. No sabes la ilusión que me hizo la noticia.

Y no te preocupes, que pronto llegarán las vacaciones de marzo...

1 besazo