Giré la cabeza
y tu olor se aproximó veloz a mí,
se alertaron cada uno
de los poros de mi piel
esperando tu contacto,
anhelando tu abrazo...
Mezcla de miedo
ante mi segunda reacción,
ante la tuya.
Una sonrisa de medio lado
y la conversación fluyo
divertida y animada,
oír tu risa de nuevo
me encendió la mirada
y las ganas de poner más énfasis
a cada una de las historias
que encadenaba
minuto tras minuto.
Quise retenerte más y más,
hacer que la multitud
se fundiese con el aire
y nos dejasen solas,
hablando,
riéndonos,
mirándonos una y otra vez,
reviviendo el pasado
imaginando el futuro,
y dibujando el presente
perdida en tu boca.