Humo blanco delante de tu cara insinúa tu figura y me obliga a esperar que se disipe para volver a dibujar tus rasgos fuera de mi mente.
No veo la hora de acariciar tu mejilla y notar las chispas que salen con el roce de tu piel y la mía, de volver a confundir tu aroma con el mío y cerrar los ojos sin miedo a que desaparezcas...
Ya no quiero más miedos, ya no hay margen de error. La distancia a cubrir es corta y mis labios, se aproximan a los tuyos con una sola vía de escape... saciarme de tí.
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