
Oculto,
tras mi cuello,
tras mi cuello,
se encuentra el último beso
que me diste.
En mi espalda,
donde empiezan las nalgas,
se esconde la última caricia
que recorrió cada rincón de mi piel.
Junto al lunar de mi pecho,
quedan restos de tu última lágrima,
la que se escapo junto a tu adiós.
Y yo,
dónde quedo yo ahora,
descolocada,
triste,
vacía,
con retales descosidos.
2 comentarios:
No tan vacía, yo diría que llena de retales preciosos por todas partes. Sólo hay que dar tiempo al tiempo...
Abrazo
Vaciarse es sin duda el comienzo del reencuentro y llenarse de vida.
Bikos...un placer devolver tu visita por mi ventana!
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