19 abril 2008

¿Pedir? para qué

Me costaba mucho
pedirte que te quedases,
me costaba tanto
como dejarte marchar,
pero te fuiste
y me quedé en mitad
de la lluvia,
con el paraguas roto,
SOLA,
gritando en silencio.

Rabia,
tristeza,
angustia y,
sobre todo
DECEPCIÓN.

Hoy,
se levanta un nuevo día,
tú me recorres dulcemente
con tus brazos
y cada caricia tuya
me produce un rechazo mayor,
una punzada más honda en mi estomago.

Me hago la dormida
para evitar tener que quererte
tener que abrazarte
y corresponderte.

Esta vez,
la tristeza a superado
mi amor por ti.

6 comentarios:

marisa dijo...

buff..hacerse la dormida...lo peor es cuando estás deseando pero te haces la dormida..y al final te duermes.. buenoooo, qué complicadas somos las mujeres reina, feliz sábado! (la primennn)

Anónimo dijo...

Buff....
La verdad es que me he quedado sin palabras.
Muxu1

¿Escritora o escribidora? dijo...

Te iba a hacer una broma sobre el tabaco... por lo que habías puesto en mi blog.

Pero al leer tu post... Me he quedado... no sé... como viendo tu dolor

Un abrazo muy fuerte

alkerme dijo...

Si, a veces pasa, si a una le hacen daño....
Salud

RIPP dijo...

¿Cuál sería un punto medio entre Álava y Barcelona?

Celeste dijo...

Tu modo de escribir me llega muy hondo. Tienes la facultad de poner el sentir en palabras, un don qeu sólo algunos poseen.
Hermoso escucharte...y sentirte con tanta claridad.