20 noviembre 2006

El tren.

Y no subas al tren,
quédate conmigo,
calienta mi lado izquierdo en la cama,
y despiértame con un beso en los labios.
Dame un minuto más para convencerte
para que no cometas una tontería.
Deja que te demuestre que soy yo quien necesitas
que no tienes que buscarlo lejos de aquí.
No subas al tren
y te despidas otra vez,
sin saber si volverás.
Recuerdo de días mejores
se harán realidad,
sólo déjame tiempo para lograrlo.
Quédate conmigo,
vuelve a sentarte con la cena caliente
y la vela recién encendida
para iluminar nuestra velada,
nuestros sueños por cumplir.
Deja que suene la última señal
y baja a mi lado,
prometo abrazarte toda la noche
mientras duermes entre sábanas de algodón.

No hay comentarios: